8º Congreso Nacional

Federazione dei Comunisti Anarchici

Fano, 31 de octubre y 1º de noviembre 2010

Construyendo unidad y solidaridad para una alternativa libertaria

 

El mito neoliberal de un desarrollo ininterrumpido ligado al avance del mercado se ha evaporado, dejando un doloroso legado de contracción de los mercados, sólo soluble, en apariencia, a través de una agudización de la competencia y del dumping social a nivel internacional.

De manera que al mismo tiempo que el capitalismo está rediseñando su geografía, se muestra unido en derivar el peso de su crisis financiera (gracias a la globalización) sobre las economías reales de los Estados y de continentes enteros.

Y es que el capitalismo siempre ha aprovechado las crisis para regenerarse y recomponer a su favor la correlación de fuerzas entre las clases.

En particular, en todo occidente están forzando a la clase trabajadora a pagar el precio de una crisis que ella no ha creado, a aceptar un empeoramiento en las condiciones de vida y de trabajo, en un periodo de transición de inestabilidad económica y social que está modificando profundamente nuestras condiciones de vida en nombre de la competencia con áreas geográficas que están creciendo rápidamente y tienen costes sociales más bajos.

Se trata de un ataque contra toda la estructura social, contra los derechos y conquistas de los trabajadores a lo largo de décadas de lucha durante periodos de expansión, un ataque contra la misma existencia del movimiento obrero organizado.

Este ataque tiene el doble objetivo de abaratar costes (extrayendo grandes recursos del recorte de sueldos para financiar la crisis) y de retrotraer a la clase trabajadora a un estado de mayor sumisión a los intereses de las compañías y de los mercados.

Se está empujando a los trabajadores a una feroz competencia mutua para mantener sus empleos, cada vez más precarios y peor pagados. Al mismo tiempo se ponen palos a la rueda, mediante todos los medios al alcance, a cualquier tipo de respuesta colectiva, reduciendo drásticamente la capacidad de los sindicatos para actuar y excluyendo de los procesos de negociación colectiva a los sindicatos que no se plieguen a los designios del gobierno y de la patronal.

Todo esto se está acompañando de recortes sustanciales de la democracia en todos los países europeos, en parte gracias a la reducción del papel político de los Estados, que se están convirtiendo en meros ejecutantes de las directrices económicas supranacionales, que consisten en políticas de reducción del gasto público (en servicios, básicamente) a favor del sector privado y del mundo de las finanzas, para sanear sus balances y gestionar cada vez más el territorio y sus recursos.

También en este campo hay un intento de convencer a los trabajadores de que reducir los servicios públicos y el número de quienes tienen acceso a ellos provocará un ahorro beneficioso para el individuo, cuando en realidad conducen al empobrecimiento colectivo. También tienen como consecuencia una reducción de la libertad para la participación política, convirtiendo la política en una forma de culto a la personalidad o un modo de acceder a posiciones de poder personales.

A nivel social, el empobrecimiento generado se traduce en inseguridad, que solo sirve para agudizar las divisiones, animando a la gente a buscar salidas individuales para sobrevivir; también conduce a una degradación del territorio y de las relaciones sociales, con la exclusión de cualquiera que no encaje en la lógica de producción y consumo.

Pero la unidad y la solidaridad que están desapareciendo de los lugares de trabajo, de las bases de los sindicatos, de las luchas vecinales, de las manifestaciones y huelgas, puede recuperarse, reactivarse y ponerse de nuevo en marcha mediante el trabajo paciente y constante de los militantes revolucionarios en cada situación que requiera su presencia, su visión política y su capacidad para unificar y no dividir y para desarrollar solidaridad y no competencia.

En este contexto, el papel de los Comunistas Anarquistas, allá donde estén presentes, es seguir promoviendo prácticas y relaciones libertarias, autogestionarias y horizontales como método, para construir gradualmente una alternativa al capitalismo y a los Estados, como nuestra plataforma, y construir solidaridad y proyectos compartidos también a nivel internacional.

Apoyar los sectores sindicales y las luchas sociales capaces de plantar cara y de demandar una redistribución de la riqueza en lugar de la socialización de las pérdidas es levantar una alternativa de clase aquí y ahora.

Apoyar las luchas para defender los derechos ya adquiridos y ampliar su aplicación a aquellos hoy por hoy excluidos, luchando contra las diversas formas de criminalización de la pobreza que están en la raíz del creciente racismo que nos rodea, defendiendo los bienes públicos mediante la reivindicación de objetivos unitarios cada vez más avanzados es construir una alternativa aquí y ahora a la desertificación y la comercialización del territorio.

Construir redes y coordinaciones que puedan federar a las organizaciones y asociaciones que luchan por el mismo objetivo o que resisten contra el mismo peligro (sea el neofascismo, el racismo, el patriarcado, la homofobia, la contaminación, las privatizaciones, las guerras imperialistas...), organismos colectivos que puedan desarrollar objetivos políticos, económicos o culturales compartidos para desarrollar las luchas sobre el terreno que puedan conducir a una mayor participación y a una sociedad más justa, sin caer en la trampa de delegar nuestros poderes... todo esto es construir la alternativa libertaria.

Federazione dei Comunisti Anarchici

Fano 1º de Noviembre de 2010

Moción final aprobada por el 8º Congreso Nacional de la FdCA