6° Congreso 

de la 

Federazione dei Comunisti Anarchici

 

MOCIÓN SOBRE LA INTERVENCIÓN SINDICAL

1. El cuadro internacional

En los últimos 3 años los procesos de concentración del poder económico y político-militar conocieron una considerable aceleración, a nivel sea internacional sea de cada Estado, marginando las tendencias (aunque capitalisticamente compatibles) empeñadas en la realización de un arreglo, constituido por una pluralidad de poderes y políticas neoreformistas estatales, para conjugar siempre el más alto beneficio capitalista con una protección social cada vez más baja.

Guerras imperialistas, crisis financieras, "deregulation" del marco institucional/legislativo de protección de las classes subordinadas, destrucción del tejido solidario del mundo del trabajo salariado, agresión al ambiente y la salud, golpean directa o indirectamente a los pueblos, para los cuales resulta cada vez más difícil organizar y exprimir formas de disenso, contestación y lucha por intentar la modificación de situaciones fruto de las decisiones económicas, políticas y militares de un poder que con dureza cada vez mayor gobierna en el nombre de las normas que él mismo autoproduce... para gobernar.

La reducción y el desmoronamiento de los espacios de confrontación y negociación, o bien la transformación de éstos en falsas mesas de negociación para defender las compatibilidades capitalistas, revelaron el rostro feroz del capitalismo militarista y la patética indisponibilidad de sus tendencias neoriformistas a proteger también los intereses mínimos de las clases subalternas.

En esta situación se desarrolló un movimiento grande de oposición - internacional y heterogéneo en su composición - protagonista de extensas movilizaciones populares, llenas de significado por la gran participación de masa, las patentes potencialidades de autorganización y autogestión, la capacidad de confrontarse en las calles con la violencia de la represión de los aparatos del Estado.

 

2. El cuadro nacional

En Italia, estes últimos 3 años vieron la ruptura definitiva de un marco social construido en la última década del siglo XX, ahora ya inadecuado para encarar la colisión social en curso. Por un lado, la caída acelerada del poder de adquisición de los salarios (-9,3% para los obreros, -11.1% para los empleados, -27% para los jubilados), por otro lado el fracaso de la "política de los réditos"; a la arrogancia patronal en las planificaciones empresariales (léase movilidad y despidos) y en las renovaciones de los contratos (léase aumentos equivalentes a la inflación programada, más baja que la determinata por el ISTAT, para no hablar de la real!!), corresponde el fracaso de la política de la concertación; y a las incesantes restricciones de los derechos del trabajo (modificación del art.18 del Estatuto de los Trabajadores, ley 30/2003, ley 83/2000 contra la huelga, contratos separados sin consultación previa), corresponde la crisis del modelo di representatividad impuesto por los sindicatos que se auto-llamaron "mayormente representativos". 

La inevitable y consiguiente radicalización del conflicto en el mundo del trabajo, pues, hizo emerger el nunca adormecido talento de la clase trabajadora para redescubrir su propia autonomía de lucha y organización: desde los trabajadores de la Fiat hasta los sin plantilla, desde los metalúrgicos hasta los trabajadores de los transportes. Quebrado el marco de la concertación, vuelven a pesar las relaciones de fuerza, la capacidad de lucha y defensa de los intereses específicos de los trabajadores, fuera de cada jaula neocorporativa. Si la batalla salarial es siempre dura y difícil en muchas categorías, por otro lado se reabre la questión de la indisponibilidad total y intangibilidad del derecho de huelga, que se desvincula de la camisa de fuerza hecha por las normas anti-huelga y los códigos sindicales de autoreglamentación. 

Los enlaces entre las luchas sindicales y sociales por los derechos de los inmigrantes, la tutela del ambiente, la paz, y contra el proibicionismo, ocurrieron en un escenario social lacerado de propósito por el uso infamante de la tacha de terrorista dada a quienquiera fuera tan atrevido de oponerse a los supremos proyectos del ejecutivo. 

No hubo ninguna fase del conflicto de clase de los últimos 3 años que no haya visto a los movimientos sociales víctimas de preventivas represiones mediaticamente valiosas, que golpearon en varias formas también las luchas sindicales - castigos, despidos, ataques policíacos, con un evidente crecimiento de la intensidad de las huelgas desde 2002.

 

3. La respuesta sindical

3.1 El conflicto que se creó en los últimos años estorbó mucho a las burocracias sindicales, ahora ya acostumbradas al trabajo fácil después, por lo menos, de una década de concertación. Apareció luego evidente la incapacidad de administrar las situaciones engendradas por el crecido nivel de enfrentamiento social.

No asombra por lo tanto que - después del cambio de gestión de la Confindustria (la Confederación Patronal) y la consiguiente mudanza de política - los líderes sindicales confederales, con una sola excepción, hayan sido prondo seducidos por las sirenas de la neo-concertación. Lo dimuestra el reciente acuerdo sobre el tele-trabajo.

Quizás podemos imaginar la propuesta de una nueva política de moderación salarial, esta vez con la justificación de salvar al país de la amenaza de la decadencia industrial, naturalmente como siempre a costas de los trabajadores y de las trabajadoras.

En un pasado reciente las políticas salariales fueron acompañadas por la inseguridad en el trabajo ("Paquete" Treu e Ley Biagi) y la abolición de derechos.

Por su lado, los empresarios obtuvieron una reducción neta de los costes del trabajo, mayores ganacias, mano de obra más inestable, menos cualificada, y por esto más facilmente reemplazable y controlable a través de la fragmentación de las figuras contractuales (situación debida también a la elección de un camino de "perfil bajo" para el desarrollo industrial, eligiendo la competición acerca del coste del trabajo y renunciando a las políticas de innovación tecnológica).

Además se puede prever que a la precarización del trabajo se acompañe un ulterior ataque al sistema público de las jubilaciones a través de la expropiación (de una manera más o menos forzosa) del TFR (tratamiento de fin de trabajo) y la creación de fondos privados de jubilación.

Esta operación aumentará ulteriormente la masa de los capitales que alimentan los circuitos financieros, en acuerdo con la tendencia hacia una siempre mayor importancia dada a los capitales financieros a menoscabo de los capitales productivos - como por otra parte hemos ya puesto de relieve en el documento de análisis de la fase, donde está escrito:

"Ésta [mayor importancia] en particular, ata la financia a la ganancia rápida, limitando las inversiones a largo plazo (como en el sector de la instrucción), las únicas que puedan llegar a diseñar un sistema estable."

Será probablemente en línea con todo esto también la próxima y anunciada reforma de las jubilaciones, llevando consigo un ulterior aumento de la edad para poder ser jubilados; una reforma que aumentará mucho el número de los jubilados futuros, a los cuales no se garantizará nada, ni siquiera la sencilla sobrevivencia.

3.2 Al momento la sola anomalía en el mundo sindical confederal es la FIOM, en cuyo interior se desarrolló un fuerte debate acerca de la "política de los réditos": en su XXIII° congreso (anticipado) venció, con una mayoría grande, la moción de la "izquierda", que pone un veto fuerte sobre la propuesta de una "política de los réditos" y de una nueva concertación.

Deremos ver como esta "anomalía" será resuelta dentro de los sindicatos confederales, donde las posiciones serán, por lo contrario, en gran parte favorables al proyecto de una nueva "política de los réditos".

3.3 En estos 3 años la CGIL, interviniendo con su peso organizativo, fuerte de 5 millones de adherentes, naturalmente echó una sombra sobre el sindicalismo de base, que parece oblidago a elegir lo que sobre todo permite diferenciarse de la CGIL, más que a buscar la construcción de un movimiento grande de masa contra el gobierno. Lo que se repitió dramaticamente en ocasión de las recientes huelgas de otoño contra la destrucción del sistema público de jubilación, con la agravante de ulteriores divisiones entre los sindicatos de base.

El progresivo desmoronamiento de los carteles construidos fatigosamente está llevando a una decomposición de la capacidad de coordinación nacional del sindicalismo de base y a una crisis del principio mismo que lo constutuye, como en el caso de ripetidas, varias y contradictorias huelgas a las que llamaron - desde arriba - los dirigentes sindicales de base.

3.4 A nivel local, y de las categorias, de cada manera el sindicalismo de base logra desenvolver 3 funciones fundamentales para su implantación en los territorios - probable futuro lugar neurálgico de la lucha de clase:

  1. la de ofrecer instrumentos y potencialidades a la expresión autónoma de los trabajadores dondequiera las organizacones sindicales tradicionales sean tránsfugas o hasta adversen la autorganización obrera; 
  2. la de interceptar la dispersión de militancia sindical de tantos trabajabores huérfanos de CGIL-CISL-UIL;
  3. la de garantizar la democracia sindical en los lugares de trabajo donde el sindicalismo de base consigue obtener los votos necesariospara elegir sus proprias representaciones sindicales unitarias;
  4. la de realizar una continuidad del antagonismo cuando la mudanza del cuadro político haga refluir a los confederales hacia posiciones de neo-concertación.

3.5 En este cuadro general, se inserta la reciente y ejemplar lucha de los trabajadores de los transportes públicos. Ejemplar porque autorganizada y de masa, capaz de involucrar sectores cada vez més amplios del pueblo y de desenmascarar un sindicato y un centro-izquierda (con todas sus componentes, no última la de las organizaciones de consumidores), absolutamente alineados en el frente de las privatizaciones de los servicios públicos y más cuidados de las necesidades de la llamada "empresa Italia" que de las necesidades de los trabajadores y ciudadanos.

3.6 Es necesaria la mayor solidaridad posible entre las diferentes categorías de trabajadores para rechazar las tentativas de criminalización en el sentido de considerar la autorganización como un delito contra el orden institucional y la "seguridad del país". Es necesaria la mayor movilización de masa que sea posible, para que la represión no golpee a los trabajadores en lucha. Será necesario el compromiso de todas la fuerzas sociales y políticas antiburocráticas y antiautoritarias para que el malestar y la exasperación se vuelvan proyecto libertario de lucha y autonomía.

 

4. Nuestra actitud general

Las luchas recientes engendraron una soldadura entre reivindicaciones salariales y reivindicación de la libertad de huelga, y una demonstración de autonomía de clase, como no se la veía desde mucho tiempo.

En líneas generales se necesita reaccionar contra los procesos de privatización en curso, y por esta frazón las renovaciones de los Contractos Colectivos Nacionales de Trabajo (CCNL) tendrían que dar espacio al salario y parar las privatizaciones, al mismo tiempo parando también la deriva hacia jaulas salariales y salvando el contracto nacional.

Es necesario subrayar la centralidad de la lucha salarial para la reconstrucción de la unidad de clase, como ya dicho en nuestro programa actual (Congreso de Diciembre de 1997). Sin embargo es necesario reconducir la lucha salarial adentro de una plataforma social general, donde el problema del salario sea presentado en sus articulaciones de salario directo/indirecto/diferido. Todo esto en la perspectica del redescubrimiento de un nivel ineluctable de reivindicación que tenga un carácter agregador, para construir la organización sindical y la representación de base desde abajo. El valor de la contractación debe de estar fundado en la capacidad de escuchar las necesidades de la clase trabajadora y de traducirle al nivel de reivindicaciones conscientes y reunificadoras.

La crisis de la estructura contractual nacida de los acuerdos de los años 1992-1993 tiene que hacernos reflexionar por un lado sobre la necesaria defensa del dúplice nivel contractuale, y por otro lado sobre los procesos de federalismo y regionalización en curso también en el mundo del trabajo, y sobre la consiguiente necesidad de desplazar la lucha sindicale y contractual al ámbito territorial y sub-territorial (las varias realidades productivas).

 

5. Nuestro papel en los lugares de trabajo, territorio, sindicatos

Nosotros elegimos a los trabajadores y a la unidad entre ellos antes de que las denominaciones sindicales, y apoyamos las luchas de los trabajadores por la defensa de sus intereses independientemente de la forma o denominación escogida, del modelo de sindicalismo escogido, siempre que se pueda mejorar las condiciones de vida del proletariado, abrir espacios más libres en la sociedad. Y si en estas luchas y en los sindicatos tenemos la capacidad de decir nuestra opinión y obra como "guía", reforzaremos la autonomía de los trabajadores y el papel del anarquismo de clase. Es decir haremos sindicalismo revolucionario concreto; concreto... sindicalismo.

Es la realidad misma del trabajo - y no nuestro deseo revolucionario - que determina la posibilidad de una organización sindical en lugar de otra diferente. Es la materialidad de las relaciones de fuerza que ensancha la posibilidad de un sindicalismo de lucha con práctica libertaria, antes de que lo haga nuestro ser anarquistas.

La existencia de vanguardias y sectores de clase dentro de la corriente de oposición interior de la CGIL, o dentro de muchos sindicatos alternativos, debe de ser tomada como una realidad objetiva. Que nos guste o no. Una estrategia se construye utilizando lo posible y no solo lo justo abstracto. Pero el sindicalismo de lucha con práctica libertaria no puede prescindir de 3 elementos:

 

6. Plataforma Sindical

  1. lucha por las libertades sindicales y políticas: libertad de huelga; libertad de asamblea; libertad de organización sindical y de expresión en los lugares de trabajo; libertad sindical para todos los subjetos sindicales;
  2. lucha por el empleo y contra la inseguridad en las relaciones de trabajo y cada "deregulation" del mercado del trabajo; lucha contra las nuevas intermediaciones y agéncias privadas: abolición de la Ley 30/2003; a trabajo igual salario igual;
  3. lucha por el salario mínimo europeo de cada categoría de trabajo; defensa (con propostas nuevas) del salario indirecto y de los servicios sociales; defensa (con propostas nuevas) del salario postergado, autodeterminación de los trabajadores por lo que se refiere al TFR y su revalorización proporcionada al costo de la vida corriente;
  4. extensión a los trabajadores inmigrantes de los contractos de trabajo, con plenitud de derechos y paridad de salario;
  5. lucha contra la discriminación de derechos y garantías sociales, de formas de trabajos y contractos de trabajo, aprovechando las características productivas y socio-culturales de un territorio; lucha contra el restablecimiento de las jaulas salariales;
  6. lucha por la disponibilidad de los servicios sociales para quienquiera los necesite; lucha contra la privatización de los servicios sociales (instrucción, salud, transportes, energía, telecomunicaciones,...);
  7. lucha contra l'emarginación desde el mundo del trabajo;
  8. lucha por la igualdad salariale entre hombres y mujeres;
  9. apoyo internacionalista a la lucha de los trabajadores de otros paises y otras áreas económicas;
  10. lotta por la enseñanza libre, pública, gratuita y laica, para todos;
  11. lucha por el derecho al ambiente y la salud, no reemplazable monetariamente y no negociable, por una mejor calidad de la vida;
  12. contrainformación contínua, reforzamiento de la organización y de los organismos de defensa (cajas de resistencia, observatorios contra la represión, coordinamientos de solidaridad con l@s compaer@a golpead@a por castigos disciplinares, redes de soccorro legal), contra la represión de las luchas sindicales;
  13. refuerzamiento del Sindicato de los Consejos: todos electores, todos elegibles; papeleta de voto blanca; revocabilidad; representantes de sección por mandato de la assamblea; delegados a la mesa contractual elegidos por los tradajadores para cada fase de la negociación.

 

7. Táctica sindical de los comunistas anarquistas

En los lugares de trabajo y en las diferentes categorías de trabajadores hay el más alto nivel de explotación y de enfrentamiento: es aquí que se necesita reconstruir la unidad de intereses entre los trabajadores con diferentes formas de contracto, retomar en las manos la negociación descentralizada que integre el contracto nacional, tutelar el derecho a la salud, regular el horario para administrar mejor la vida, soltar el salario de la productividad, rechazar el chantaje del trabajo extra. Coordinamientos de delegados (rsu) de sector y de conjuntos de sectores, de trabajadores garantizados, provisionales, inmigrantes, pueden ser formas de cooperación, de unidad y de lucha.

En el territorio es típico de los comunistas anarquistas construir lugares y situaciones donde entretejer una trama de relaciones y de elaboraciones sindicales prescindiendo de las adhesiones a una u otra organización. Aquí la riqueza llega desde las diferentes experiencias sindicales, los organismos autogestidos y los sindicatos y militantes que persiguen objetivos de lucha - parciales y más generales - base posible para federar en concreto a los trabajadores de diferentes organizaciones sindicales. Cámaras del Trabajo intersindicales, "forum" sindicales ciudadanos, coordinamientos regionales de sindicatos de base, pueden ser los lugares adecuados a una defensa unitaria y eficaz de los intereses de clase de los trabajadores, provisionales, inmigrantes.

A nivel nacional corresponde particularmente a los militantes sindicales anarquistas hacer de modo que sea posible federar sectores de clase, militantes sindicales, sindicatos de base, alrededor de una plataforma cuyos objetivos y principios indisponibles atañen salario, horario, derechos, servicios, democracia sindical. 

Para...

"(...) dar más fuerza a la acción sindical general en las luchas de gran dimesión, reconstruir la unidad de los trabajadoresi, restablecer la solidardad de clase, devolver al mundo del trabajo, y no solo, democracia sindical y autonomía proyectual por una sociedad con más igualdad y más libertaria" ("Llamada a los militantes sindicales anarquistas y libertarios", FdCA 2001)

Documento aprobado por unanimidad

Cremona, junio 2004

FEDERAZIONE DEI COMUNISTI ANARCHICI